Una desbordante multitud recibió a Francisco en las calles de Río

7/06/2017 Lucas D. González Monte 0 Comments

Río de Janeiro, 22 de julio de 2013 (Télam).- En su primera aparición pública en suelo brasileño y americano, el paso de Francisco hizo explotar a los cientos de miles de fieles que esta tarde se congregaron en las calles aledañas a la Catedral de Río de Janeiro.

Con el anhelo de poder observar al Santo Padre, desde tempranas horas de la tarde peregrinos de todas las latitudes del mundo alteraron la fisonomía del centro de la ciudad y se agolparon en torno a la imponente Catedral, lugar donde se podría ver por primera vez a Francisco en el "papamóvil".

En el marco de un clima agradable, los minutos fueron pasando hasta que por medio de los parlantes se anunció la llegada del obispo de Roma a Río de Janeiro y la multitud explotó en aplausos por primera vez.

La llegada de Francisco al lugar fue precedida por un enjambre de helicópteros que monitoreaban el camino de los autos oficiales y la escolta.


Ya detrás de la Catedral Francisco se subió al "papamóvil" que lo trasladaría -por momentos a paso de hombre- por las abarrotadas arterias del centro carioca.

Cuando el automóvil blanco apareció en la explanada de la plaza, el griterío se tornó ensordecedor y las Fuerzas de Seguridad presentes en el lugar pudieron, a duras penas, mantener el orden.

El papa apareció ante los peregrinos muy sonriente, saludando y bendiciendo a cada paso, haciendo detener la marcha por breves instantes, e incluso tuvo tiempo para alzar a un bebé en sus brazos.

"Estoy muy emocionada, soñaba con que él pudiera abrazar a mi hijo, yo sabía que pasaría", relató entre llantos Monique, la madre de Nicolás, el niño brasileño que Francisco abrazó.

En la plaza Juan Pablo II también los argentinos se hicieron notar, algunos de ellos con remeras de San Lorenzo, lo que les valió un guiño cómplice por parte del Sumo Pontífice.

"No esperábamos nada, le decía a mi amigo que esta es una felicidad que no se puede entender. Estamos hace un año y medio juntando el dinero necesario para vivir este momento y lo pudimos lograr", dijo Ignacio, un joven santafecino que quedó disfónico de tanto gritar.

En otra parte de la plaza un grupo de congoleños no paró de cantar: "Viva el papa, viva Brasil, viva África, viva Argentina".

El papa ya se había ido hacía 15 minutos y su primer contacto con los jóvenes reunidos en Brasil fue "vibrante", como lo definió un seminarista español con la voz entrecortada, sentimiento que comparten todos los que estuvieron esta tarde en la Catedral de Río.

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